domingo, 9 de marzo de 2008

Valeria: del cuerpo individual, del colectivo y su posible situación


Tener un cuerpo es padecer el cuerpo que tarde o temprano, con más o menos frecuencia, con mayor o menor gravedad, este quiebra su unidad en el dolor y la enfermedad.

El dolor es la estancia donde uno puramente es. No hay nada más real, más presente, verdadero y autosuficiente que el dolor, anticipación de la muerte.

Es el estado de la vulnerabilidad, de la contingencia, de lo efímero de aquella perfección que es a imagen y semejanza del señor.

Es el pasaje que hay que atravesar por las buenas o por las malas. Y como pasaje, es llegar de un lado a otro que es otra dimensión de lo humano.

También es tensar los límites hasta llegar al placer. La voluptuosidad del padecimiento. Es rebasar las fronteras del instinto.

En la experiencia personal, mi cuerpo se constituye a sí mismo como campo de conflicto y controversia; se transforma en territorio de rebeldía, de resistencia. La autoagresión es la respuesta atónita sobre lo que no se puede enunciar. El dolor físico es el vacío, donde la angustia ya desaparece. Es el fondo del que uno solo sale solo. Nuevo.

Mi cuerpo individual es escenario, soporte, herramienta. Es la cara de mi yo. Es el vehículo y metáfora de mis emociones, sensaciones, sentimientos, pensamiento, acciones. Es la construcción de mis deseos tercos. Es el único que responde a mis exigencias. Es mi amigo más fiel, real y entelequia.

En su contexto, mi cuerpo es la continua narración de símbolos convenidos y convenientes que presentan y esconden las marcas del yo frente a los otros cuerpos.Es la posibilidad de la comunión y del entendimiento. Es la materialización de los afectos. Es el riesgo de la presencia, de la apariencia que marca el borde entre la aceptación y el rechazo. Del rechazo al ridículo, del ridículo a la actuación de una posible espontaneidad.

En su contexto mi cuerpo afronta la ironía, juega con las formas, el tiempo. Es delimitado por el espacio vacío en donde soy masa, materia que choca e interfiere. Es un cuerpo permeable a los otros, que se acopla a su medio.

Responde a un sujeto construido femenino que reclama un lugar desde la diferencia. Es un cuerpo que abomina el femicidio, la misoginia y vomita cada golpe, cada abuso de la fuerza bruta.

No hay comentarios: